Judit i Àfrica

I quantes altres Afriques hi deuen haver…

“No podía fumar, no tenía con quién hablar, no debía hacer el menor ruido y los mosquitos habían conseguido que el sueño huyera de aquella espesa jungla.

Lo único que podía hacer era cubrirse de tal modo que tan sólo consiguieran martirizarle en los párpados.

Y pensar.

Pensar en que en menos de dos meses su vida había dado un giro de ciento ochenta grados.

Pensar en lo que había visto en unos yacimientos abiertos en lo más intrincado de la selva, en los que infelices muchachos que deberían estar en la escuela, trabajaban catorce horas diarias a cuarenta grados de temperatura buscando coltan en inestables terrenos de aluvión que cuando menos se esperaba les sepultaban vivos.

Pensar en la razón por la que los seres humanos habían hecho las cosas tan rematadamente mal como para que su futuro hubiera quedado en manos de una cuadrilla de desarrapados.

Cuando el presidente de una empresa enviaba por Internet un mensaje ordenando que se realizase una transferencia multimillonaria, lo enviaba gracias al esfuerzo de aquellos chicuelos.

Cuando un piloto confiaba a un moderno GPS la responsabilidad de dejar a salvo a trescientos pasajeros en un aeropuerto perdido en una diminuta isla del Pacífico, lo conseguía gracias al hambre de aquellos niños.

Cuando un sofisticado satélite proporcionaba información sobre la dirección y la fuerza de un huracán, conservaba su posición en el espacio gracias a los sufrimientos y fatigas de aquellos adolescentes.

Cuando un desesperado inmigrante pedía auxilio porque su cayuco navegaba a la deriva en mitad del océano, su teléfono móvil funcionaba gracias a que otros tan miserables como él se habían dejado la piel en las minas.

Cuatro mil millones de personas, más de la mitad de los habitantes del planeta, dependían de un modo u otro de un puñado de críos hambrientos, y dentro de veinte años la práctica totalidad de los seres humanos serían incapaces de desenvolverse sin su ayuda.

Los medios más rudimentarios, palos, troncos, picos, palas, escoplos, martillos y unas encallecidas manos que no habían tenido tiempo de aprender a escribir, constituían la base sobre la que se asentaba la fabulosa tecnología punta del orgulloso siglo veintiuno.

¿Cómo se explicaba? Acaso la humanidad era tan inconsciente como para no darse cuenta de que corría ciegamente hacia el abismo?”

“Kalashnikov”, Alberto Vázquez-Figueroa

I el més trist és que no és ficció…

Si no recordo malament, l’any passat, cap a finals de novembre TV3 va emetre un reportatge sobre l’extracció de coltan al Congo. No en recordo el nom, però crec que es tractava de la mateixa sèrie de documentals que va emetre “comprar, llençar, comprar”… molt recomanables tots dos.

Posted in Blog by judit on October 31st, 2011 at 17:32.

4 comments

4 Replies

  1. Mireia Nov 1st 2011

    Ens ho poses ben difícil a vegades, eh! Jejeje!! No podies parlar de la castanyada?? :)
    Crec que vaig veure aquest documental del què parles “comprar, llençar, comprar”. Entendre el món és una feina ben difícil! Gràcies per ajudar-nos.
    Un petó.

  2. Què podem dir davant d’aquestes realitats tan dures?
    Sento molta tristor alhora que impotència… l’únic que soc capaç de pensar, sentir i dir es que intentaré continuar amb la meva petita aportació donant amor i caliu als que m’envolten.
    Una abraçada i un somriure per tutti.

  3. Hola Tuit, demà és dissabte … és tard i avui si que es veuen les estrelles, he pensat que potser tu també les miraves (la veritat és que he pensat que potser ho feies mentres t’estaves dutxan), sé que t’agrada fer-ho, hauria d’estar dormint però no puc … et diria tantes coses, no les sé escriure, però tu les saps sentir, oi? tanco els ulls i et sento, així que et faig cas i me’n vaig a dormir.
    Bona nit videta, demà estaràs aqui entre nosaltres, com cada dia però amb mes força que mai. t’estimo.

  4. Has vist quina lluna més maca que hi ha avui !!!


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